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sábado, 28 de mayo de 2011

Seguir para ganar(les)

Os recomiendo que sigáis el Blog de José María Izquierdo en elpais.com, y la Trama Mediática, la columna diaria de Javier Vizcaíno en Público. Estos dos valientes le pegan un repaso diario a la Brunete Mediática a pelo, sin protector de estómago ni traje anti-radiación.

Las columnas  del facherío patrio andas revueltas por las tiendas de campaña que despueblan los montes y anidan en sus plazas, y eso, pues que queda feo. Pero esto es lo que menos les preocupa, lo importante es que esos jóvenes son unos antisitema, no proponen nada nuevo, son unos niños de papá con un iphone en la derecha, una litrona en la izquierda y una rasta en la cabeza. Que si son unos fascistas, que si no saben lo que quieren ni contra quién protestan. Que si el pérfido Rubalcaba los maneja y ellos no son más que una infantería de idiotas bienintencionados a las órdenes de ese Rasputín cántabro que quiere arrebatar, otra vez (ya lo logró el 14-M), el gobierno de ESPAÑA!! a sus legítimos dueños.

Se indignan por la ocupación de la calle: que si es un acto de violencia, que si los comerciantes se quejan, que si es un nido de mier… , que si el otro día quería ir a tal sitio, y tuve que dar la vuelta por cual otro. Pero sobre todo barruntan porque no saben de va el tema. Les ha pillado con el pié cambiado (confieso que a mí al principio también) y están desempolvando los juicios (bueno, insultos) que sacan del armario cuando la izquierda se enerva. Carlos Dávila podría rescatar hoy para su panfleto, cualquiera de sus columnas de 2003, en las que "denunciaba la hipocresía de los titiriteros del No a la Guerra".
Cuándo el movimiento estaba gestándose, la crítica venía porque no había propuestas: “No saben lo que quieren, cualquier escusa les vale para tocar los perros y sacar las flautas (o al reves)”. Ahora que las hay “no tienen ni idea, antes de proponer nada que acaben la ESO…”.

Bueno ya. Ahora a lo nuestro, que de éstos, aparte de hacer unas risas con sus barbaridades, hay poco más que sacar. Y lo nuestro es saber qué somos y qué queremos.

Anoche mientras caminaba por el campamento de Murcia pensaba que este movimiento se está constituyendo como un referente ético, recubierto de una cáscara a medio camino entre lo político y lo dialéctico. Que nadie se ofenda, eso es totalmente normal. Muy pocos de los que están ahí (vamos, creo que nadie) han tenido responsabilidades de gobierno, la inmensa mayoría no superan los 30 (si, ya sé, hay gente de todas la edades), este movimiento apenas tiene 10 días; y sobre todo, que cualquier propuesta, en sociedades tan complejas como la nuestra, tiene tal cantidad de derivadas y consecuencias, que entrar a valorarlas te condena a sumirte en la mayor de las melancolías.

La fortaleza de este movimiento no está tanto en sus repuestas como en sus ansias, en sus ganas de cambio. Las ideas que brotan a cientos en las asambleas de la tarde y en los miles de corrillos de la noche, son un caos que da cuerpo a esas ganas, a ese pulso de transformación. Pero que no se nos olvide, todo sentimiento colectivo necesita un referente físico, así que esto estará vivo mientras se vean lonas en Sol y el La Glorieta. Y esto también lo saben Ellos.

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