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viernes, 20 de mayo de 2011

Reflexiones de Jose Carlos Díez sobre Democracia Real

Os dejo aquí la última entrada del bolos de "El Economista Observador" de José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. Creo que es uno de los más lúcidos analistas económicos que hoy se pueden leer, y además es optimista.

Democracia Real Ya

Un bloguero me pregunta mi opinión por el movimiento Democracia Real Ya, DRY. Este economista observador ha preferido esperar unos días para dar su opinión sobre un movimiento espontaneo, inesperado y caótico. No obstante, el movimiento va tomando forma y reconozco mi simpatía hacia las personas que se manifiestan. Por desgracia no he podido estar personalmente en Sol por lo que el trabajo de observación que voy a realizar es alejado e incompleto. Uno va cumpliendo años pero yo también fui manifestante en la huelgas de estudiantes de 1987 y luego en la huelga universitaria en 1993 y lo recuerdo como uno de los momentos más felices de mi vida. Decía Andy Wharholl que todo el mundo tiene derecho a sus quince minutos de gloria y los jóvenes se sienten útiles e importantes en este tipo de eventos. Luego las discusiones son apasionantes y el movimiento asambleario al principio tiene un halo romántico que enamora.
Ya he comentado anteriormente que la democracia es el peor sistema si eliminamos al resto de los que conocemos. No obstante, al final el menú de opciones reales para gobernar en unas elecciones es reducido y siempre hay riesgo de que el sistema se pervierta y acabe siendo una dictadura de las mayorías. A esto hay que sumar un cambio tecnológico como internet que sólo es equiparable a la invención de la imprenta, de la radio o de la televisión. Hasta la imprenta escribían muy pocos para que leyeran muy pocos. Luego seguían escribiendo pocos pero los libros permitían que leyeran muchos. Ahora internet y las redes sociales permiten que escribamos muchos y leamos muchos.
La tecnología cambia lentamente pero la sociedad y las costumbres lo hacen aún a menor velocidad pero DRY es un movimiento muy de internet y por eso tiene tanto éxito. Hoy muchos corresponsales extranjeros me han preguntado por el movimiento y les he notado desconcertado. La prensa internacional no entiende que con una tasa de paro del 20% no haya una convulsión social y esperaban esta reacción pero a la griega con gente encapuchada haciendo barricadas y quemando contenedores. Lo que no esperaban es que los manifestantes pidieran una regeneración democrática, de manera pacífica lo cual le da un tinte romántico que lo asemeja a Mayo del 68. Un buen amigo que vivió el 68 francés me ha dicho que ellos leían filosofía y estos escriben en unos pocos caracteres pero ellos son analfabetos digitales.
Mi intuición me dice que el movimiento tendrá efectos duraderos y conseguirá cambiar las estructuras sociales, aunque no creo que acabe en una revolución. Los jóvenes no son culpables de la crisis pero si padecen sus consecuencias y tienen derecho a que los programas de los partidos incluyan medidas para sus problemas y no para los de sus padres o sus abuelos y este movimiento va a conseguir avances en este sentido. Seguramente no en estas elecciones ya que los partidos están a pocos días de jugarse cuatro años de trabajo y el elevado riesgo los paraliza y les impide reaccionar. Sin embargo, creo que los efectos serán más evidentes en los programas de las elecciones generales.
La duda es si el movimiento asambleario tendrá capacidad para armar un relato coherente, con ideas concretas que mantengan la ilusión y suba al tren a tanta gente como ahora sigue el movimiento. Cuando eso suceda, lo más probable el movimiento perderá su halo romántico que es una de las claves de su éxito. Si lo que se mantiene en el futuro son las propuestas actuales la mayoría simplemente no son viables desde un punto de vista económico en un país con dependencia del ahorro externo en medio de una crisis financiera y con desconfianza de los inversores internacionales. Se puede criticar a los mercados y pedir mejoras pero tomar medidas que aumenten sus dudas implicaría cerrar bruscamente nuestra dependencia del ahorro exterior y lo tendriamos que generar dentro. Para ello habría que aumentar disminuir el consumo y reducir la inversión. O sea entrariamos de nuevo en recesión y aumentaría la tasa de paro, incrementando el descontento y DRY acabaría siendo criticado por lo mismo que ahora critica.
Los medios me han pedido hoy opinión sobre las implicaciones económicas pero si aún no sabemos cuál serán las implicaciones sociales y políticas es imposible estimar las económicas. Me ha sorprendido como los medios conservadores hoy se han puesto radicalmente en contra del movimiento. En los partidos parece que el PP se siente más incomodo. Hasta ahora el PP ha movilizado a su electorado y ha ganado la batalla de la calle con temas como lo de Bildu y las victimas del terrorismo. No obstante, por las fotos que he visto de la puerta del sol y otros lugares no he visto a mucha gente con pantalones dockers y camisas Ralph Laurent que es el perfil tipo de jóvenes que ves en los mítines y en las manifestaciones del PP.
Lo más importante es que el movimiento siga siendo pacífico o perderá la batalla de la opinión pública y el respaldo social. Segundo, después de las elecciones está por ver la capacidad del movimiento para elaborar un relato coherente con medidas concretas que mantenga viva la llama  y el éxito del movimiento. Hasta entonces, como decían en París en el 68 “prohibido prohibir” y este economista observador hará todo lo posible para ir a la manifestación del sábado. Este blog es un ágora pública que está a disposición del movimiento para comentar sus propuestas económicas.

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