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viernes, 27 de mayo de 2011

Lo que nos queda por hacer

Ayer comentaba que nuestros valores, los  de la izquierda, pasan necesariamente por ampliar el estado social. Muchas veces esta premisa es vista como artificial, como una pose con la que justificar unos ideales que carecen de sentido en un momento en el que  sanidad, educación y dependencia ya están universalizadas, o al menos en proceso.

En un post anterior comenté cual era la participación del Estado en la economía en los diferentes países europeos. El dato para España en 2009 era 45,8% del PIB. Hay que precisar que en esa gráfica se hablaba de gasto, es decir: 45,8 euros de cada 100 fueron gastados por alguna administración pública. Este dato es alrededor de 5 puntos inferior a la media de los países de nuestro entorno. Pero lo que verdaderamente nos debe preocupar es la parte de ese gasto que va a inversión social, y sobre todo, a corregir desigualdades. Es aquí donde más recorrido nos queda por andar como sociedad. Veamos porqué
          Fuente: Eurostat, OSE y elaboración propia

El gráfico anterior mide el porcentaje de población pobre en Europa (con ingresos inferiores al 60% de la media) antes (en azul) y después (en rojo) de las transferencias sociales del Estado a los ciudadanos. Para que nos hagamos una idea: en España, sin la ayuda de pensiones, becas, prestaciones por desempleo…, el 23% de la población es pobre. Es un dato inferior a la media de los Veintisiete (UE-27), el problema está en que cuando las diferentes administraciones pretenden corregirlo, únicamente lo rebajan 3 puntos, hasta el 20%. Si nos fijamos en la UE-27 esta reducción es de 10 puntos, y en países como Finlandia, la tasa baja a menos de la mitad.

Para entender esto de una manera más clara, veamos el siguiente gráfico, derivado del anterior, que muestra que porcentaje de pobreza logra eliminar El Estado tras su intervención:

             Fuente: Eurostat, OSE y elaboración propia

Vemos que tras Grecia, nuestro país es el que menos éxito tiene en la erradicación de la pobreza. Pero hay otra consecuencia más de los datos anteriores. En Suecia, Holanda, Dinamarca, Finlandia y Alemania se alcanzan los mejores resultados. Curiosamente, también son países con  bajas tasas de paro (Holanda apenas supera el 4%) y alta productividad de su economía (Alemania es el segundo país del mundo en ventas al exterior, y Holanda vende más del doble que España).

Estos datos muestran que queda mucho por hacer, que el camino que debe tomar la Sociedad Española es el del aumento de la equidad, como valor no sólo moral, sino también económico. Y en la izquierda  debemos entender que es eso precisamente lo que nos define. Lo que nos toca ahora es hacer ver a los ciudadanos que una sociedad desigual es una sociedad enferma,  y que sus síntomas se dejan ver sobre todo en momentos de crisis como éste.

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