Hay frases que te entierran en un lodo de mierda, sobre todo
si te las acabas creyendo. Y eso pasa cuando te las repiten a lo Chuck Norris:
hasta el infinito dos veces.
“Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”
Da igual que el salario mediano en España estuviera anclado
por debajo de los 1000€ durante los años de la Burbuja, porque el argumento de
las teles de plasma y los coches comprados con la pasta de la hipoteca siempre
estará ahí. Les importa una m… que fueran las empresas las que más se
endeudaran durante los años del Boom o que el gasto público se expandiera menos
que los ingresos fiscales, la idea de que tenemos un estado del bienestar
insostenible es una compañera tan fiel como una tenia en el intestino.
“Los políticos españoles son corruptos porque son un reflejo
de la sociedad”
Da igual que la corrupción a pequeña escala en España,
manifestada en sobornos a funcionarios, esté en niveles nórdicos (como muestra
la encuesta de percepción de la corrupción de la Comisión Europea) y la de la
élites político-empresariales (valga la redundancia) se parezca a la de Zambia. Da
igual que los colectivos más valorados por la población, con porcentajes de aprobación superiores al
85%, sean médicos, policías, militares y profesores, demostrando que nuestra
sociedad, si se observa por la base, goza de muy buena salud.
“La ética protestante
hace que los alemanes sean muy trabajadores, mientras los católicos del Sur
somos perezosos y tramposos”
Da igual que España y Grecia sean los países de Europa donde
más horas se trabaja, o que la productividad sea lógicamente mayor en el sector
industrial, en el que son fuertes los países del Norte, que en los servicios. O
que la católica Baviera sea el motor económico alemán y los protestantes
estados del Norte y del Este sufran cifras macroeconómicas similares a las del Sur.
Y todo eso seguirá dando igual mientras los tontos útiles
de esta película sigan comprado la moto de los listos del Rhin o del Barrio de Salamanca.