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jueves, 26 de mayo de 2011

Claro que podemos

Se está generando un intenso e interesante debate dentro de todas las agrupaciones del PSOE, y en general en toda la izquierda, sobre qué debemos hacer tras la derrota. Los vectores que parecen dominar son: personas, políticas y organización. Los tres son igualmente importantes, pero hay algo, dentro del debate sobre las políticas, que me está empezando a preocupar.

Creo que la sociedad murciana no está esperando que le preguntemos qué espera de nosotros. No creo que debamos salir a la calle e interrogar a nuestros vecinos sobre cual es su idea de región o de ciudad, y digo esto porque ya formamos parte de esa sociedad, no hace falta salir a ningún sitio pues ya estamos fuera (desgraciadamente en los dos sentidos). El discurso de “Tenemos que buscar una nueva forma de hacer política”, es eso, solamente un discurso. Son palabras bienintencionadas, que parten quizá de la impotencia de ganar con lo que se tiene; pero tienen el peligro de conducirnos a un estado de melancolía por buscar lo que no existe.

Nuestros referentes deben ser claros: más estado, más protección para los que menos tienen, dejarnos de frases como que bajar impuestos es de izquierdas. Debemos fijar nuestro discurso en que es necesario acabar con el déficit social de la Región y del País (que el Informe Social de España fija en un 7% de PIB, 71.000 millones de euros). No se deben tener titubeos ni dudas, las palabras deben ser claras y rotundas y siempre sobre los siguientes ejes:
  1. Nuestra cobertura social es muy deficiente: el éxito del gobernante se ha de medir por en qué medida remedia nuestro déficit social. El fiscal es secundario.
  2. La igualdad no es sólo un fin moral, también crea sociedades más eficientes.
  3. El éxito individual es siempre una excepción. Las sociedades con estado débiles generan cientos de perdedores por cada vencedor.
  4. El problema de los servicios públicos no es su mala organización o su ineficacia, sino su infrafinanciación.
 Nuestro éxito se medirá en función de cómo podamos reconstruir un relato con los mimbres anteriores. No estoy inventando nada nuevo, esos son los viejos ideales de la izquierda, nuestros ideales. El trabajo ahora está en que estos elementos sean los que formen el guión social. Que la mayor parte de los ciudadanos perciban que sólo se pueden alcanzar mejores cotas de bienestar mejorando lo de todos: los servicios públicos.

Para que los ciudadanos nos den su confianza, no debemos cambiar nuestros referentes. Lo que necesitamos es hacerles ver cuales son sus verdaderos problemas. El camino no es buscar las repuestas adecuadas a las preguntas sociales, más bien al contrario, nuestro esfuerzo se ha de centrar en que las preguntas sean las que nuestras repuestas responden.

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