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martes, 31 de mayo de 2011

A Dinamarca en bici, y vuelta

Hoy empieza la primera de mis cinco semanas de Rodríguez. Nieves, mi señora, está desde ayer en una pequeña ciudad llamada Roskilde (que en su día fue capital de Dinamarca), a unos 40 Km al Oeste de Copenhague. Es la segunda vez que va y en la primera tuve el enorme placer de acompañarla y no sólo por estar con ella, que también.

He estado tentado de empezar escribiendo aquello de “Dinamarca ( póngase aquí el nombre de cualquier otro  país o región) es un país de contrastes”, pero aparte de cursi y manida, en este caso la frase es tremendamente falsa. Es un país llano, con pocos bosques y sobre todo con muchas islas. El campo está lleno de granjas en las que ondea la Dannebrog  (la bandera danesa)  y las ciudades, sobre todo, de bicis.

Para que os hagáis una idea mirad este plano de Copenhague:


































Fuente: Atlas Medioambiental de Le Monde Diplomatique


En él se aprecia, en verde, la extensa  red radial de carriles-bici  por la que discurre el 38% del transporte de personas de la ciudad. Pero sobre todo, lo más impresionante son las zonas naranjas, por las que cada día transitan más de 10.000 ciclistas. En un lugar como éste usar el coche está a medio camino entre la frivolidad y la inconsciencia, y no solamente porque la bicis ganen a las cuatro ruedas en una proporción de 100 a 1; los impuestos especiales (como el de hidrocarburos o el de compra o transmisión de vehículos) son los más altos de Europa: comprar un coche de segunda mano por 5000€ supone pagar otros 9000€ al Estado.

Y mientras tanto, a unos 2500 Km al Suroeste ¿Qué ocurre?
El siguiente gráfico muestra la eficiencia energética de los diferentes países europeos, es decir, cuantas cantidades de energía se necesitan para producir una unidad de riqueza (o de PIB).


















Fuente: Eurostat y elaboración propia

En un país como España, uno de los más cálidos de Europa y con un peso de la industria (el sector más demandante de energía) menor que el de los países más desarrollados; se usa un 50% más de energía que en Dinamarca. Así que la pregunta  de en qué se gasta es tan necesaria como conocida la respuesta: en el coche.
El gran problema es que llegados a este punto pensemos que hay poco que hacer, que esto es un problema social y que si hay solución, esta pasa por que entre todos nos concienciemos de que el uso masivo del coche es insostenible. Como digo, pensar de esta forma no hace más que confundir el problema, ya que en las sociedades avanzadas los cambios, aunque pueda parecer políticamente incorrecto, van de arriba abajo. Los daneses no van en bici a todas partes porque hace 30 años un movimiento social que defendía el uso de las dos ruedas, se expandiera por el  país. Más bien al contrario, medidas como la fiscalidad del automóvil y la gasolina, o carriles- bici amplios, seguros y vetados a los coches (y no dibujos en el suelo); han hecho de un país, que siempre ha amado la bici, el paraíso del ciclista (y de cualquiera con dos dedos de frente)

2 comentarios:

  1. Yo no uso la bici, pero reconozco que sería estupendo poder hacer de ella nuestro de transporte cotidiano. Pero no creo que la solución sea solo la bici, sino el transporte público, más eficaz y menos costoso. Aunque parece que de momento en Murcia sigue siendo una utopía.

    Feliz martes¡

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  2. Ahí le has dao Sr. de Tomás. Desde que utilizo la bici como transporte para ir a trabajar a Espinardo y a JC1, reboso más energia, contamino menos y ahorro combustible. Deberían mirar más nuestros gobiernos para el Norte, y tomar nota. También los automovilistas y derivados deberían respetar los carriles comunes y no hacerse los chulitos. La semana que viene incorporaré a mi biciruta, el trayecto Murcia- Cabezo de Torres. Espero seguir viva para contarlo.

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