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jueves, 13 de marzo de 2014

Empresas en España

Si pinchas aquí accederás a la nota de prensa del INE sobre la evolución de las sociedades mercantiles en España. Estas cifras me sirven de excusa para analizar brevemente cómo es el tejido empresarial de nuestro país. Sí, ya sabéis: “el único que crea empleo".


En España, en el año 2010, había 3.291.263 empresas, de las cuales 1.202.055 eran autónomos. Otro dato a tener en cuenta es que  hay una sociedad anónima por cada 10 sociedades de responsabilidad limitada. El último ingrediente a añadir a esta ensalada de datos es que, con cifras de 2008, nuestro país era el segundo de Europa con mayor número de empresas no financieras, sólo por debajo de Italia (3.905.800), y con un dato que supera en casi un millón al de Alemania (2.712.400 frete 1.818.900).

Fuente: INE. Los datos deben multiplicarse por 1000

Por tanto, dos son los elementos que definen a la Empresa Española:

  1.      Está muy atomizada, hay muchas pequeñas empresas.
  2.        La Sociedad Anónima está poco implantada.


¿Qué consecuencias tienen estos rasgos en la Economía Española?

En cuanto a las relaciones laborales, se genera un desequilibrio a favor del empleador, ya que el trabajador encuentra su fuerza en el número. En empresas de 1, 2, 3 o 4 trabajadores, el poder de coacción del empresario es mucho mayor. Para corregir esto se introdujeron en nuestro país los convenios colectivos de carácter sectorial y provincial (que recordemos, son los documentos que marcan horarios, salarios, vacaciones…). La idea de “subir” a esa escala los convenios parte precisamente de la existencia de esas empresas pequeñas, en las que es absurdo que se dé una negociación equilibrada entre trabajador y propietario. Los que defienden una reforma laboral en la que los convenios de empresa sean los únicos a tener en cuentan, no desconocen esta situación, y buscan precisamente aprovechar el poder del empresario dentro del centro de trabajo. No debemos olvidar pues, que negociar un convenio a alto nivel, es un logro de los trabajadores y un derecho al que no se puede renunciar.

En cuanto a la escasa implantación de las sociedades anónimas (SA), tiene el efecto de impedir vías alternativas y más flexibles de financiación de las empresas. Como sabemos, una SA puede captar capital mediante la venta de acciones, permitiéndole no tener que recurrir a entidades financieras para acceder al crédito. El peso excesivo de bancos y cajas en nuestra economía, es un hecho que viene avalado porque son precisamente bancos, dos de las tres empresas más importantes del país.

Estos dos rasgos se retroalimentan, pues la empresa organizada en sociedad  anónima tiene más fácil el crecimiento, lo cual a su vez motiva un mayor equilibrio en las relaciones laborales en el seno de la empresa, ayudando (que no garantizando) a conseguir una mayor paz social.

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