Datos personales

martes, 22 de noviembre de 2011

La Bondad en Política

En su artículo del pasado día ocho en El País, Fernando Savater se quejaba de la levedad intelectual que ha caracterizado las dos legislaturas de Zapatero. El autor parte del libro “Lágrimas Socialdemócratas” de Santiago González, donde se nos expone una crítica inteligente (por fin) a los siete años de Zapaterísmo. Su tesis es que Zapatero buscó la centralidad moral y no la política (a diferencia de la mayoría de los políticos); es decir, construyó un relato de su acción política en el que La Bondad era una de las causas inspiradoras: La retirada de las tropas de Irak se hizo, además, porque las guerras son nefastas y causas muertes; se aprueba el Matrimonio Homosexual porque el amor no debe conocer barreras.

Concluye Savater que esta forma de obrar es perversa pues el político no es un moralista: el segundo puede guiarse según sus principios, el primero debe tener siempre en cuenta las consecuencias de sus decisiones (Max Webber).

En pleno siglo XXI la acción de un gobernante no debe evaluarse por cómo aceptan los ciudadanos sus actuaciones, sino por cómo consigue que los ciudadanos las necesiten. La mayoría de nosotros somos ante todo morales, medimos la bondad de una acción por lo que la inspira y no por las derivadas que esta pueda tener.  Por eso creo que rodear de un relato de bondad a todas sus políticas, ha sido, contra lo que afirma Savater, el gran éxito de Zapatero, sobre todo en su primera legislatura.

Contra este principio, lo que nos viene ahora es el “si escuece, cura”  de los conservadores, donde el grado de aceptación de una medida será directamente proporcional al número de gente que fastidie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario